Gustavo Sánchez Romero
La laurisilva canaria es una selva prehistórica de unos 20 millones de años de antigüedad, presente en muchos enclaves de la costa norte de Tenerife. Esta maravillosa y antiquísima formación forestal atesora grandes joyas de la botánica, y como veremos, también de nuestros ancestros, los guanches. Muy cerca del visible Teide, un grupo de investigadores independientes acaban de encontrar lo que podría ser considerado como un gran centro de reunión guanche y como no, de culto, asociado a rituales de la fertilidad y a la observación del sol. El espacio se compone de dos grandes formaciones rocosas independientes, en medio de la laurisilva canaria. Ambos farallones de piedra, de varios metros de altura, destacan como dos pétreas islas en medio del verde mar vegetal.
El risco del perro, rituales y fertilidad cósmica “rozando el cielo”
El primero de ellos llama poderosamente la atención por el enorme monolito de piedra que se encuentra a sus pies, un ciclópeo bloque en forma de cabeza, o cráneo, de animal (tal vez un perro) que, desafiante, mira al abismo. Este primer santuario de montaña ha sido denominado inicialmente como “El Risco del Perro”. La piedra / cabeza mide unos 3.5 m. de largo y 1.6 m. de alto, tiene un ojo tallado y presenta el típico perfil del can, cráneo alto y morro apuntado. La parte posterior del “pétreo cráneo” presenta una cazoleta tallada, una concavidad bien diferenciada. Destacaremos la figura del perro en la sociedad guanche, animal asociado a los enterramientos ya que varias cabezas momificadas han sido halladas junto a momias en cuevas sepulcrales tinerfeñas. Estos restos son comunes en el ajuar funerario sobre todo en zonas montañosas. Según Luis Diego Cuscoy “el perro sería el guía del alma hacia el más allá”. Esta noción entronca de manera poderosa con el antiguo Egipto, ya que el infame Dios Anubis, provisto de cabeza de perro o chacal, embalsamaba los cuerpos y custodiaba / guiaba el alma del faraón en el viaje hacia el mundo de los muertos. El perro es elemento clave en toda sociedad pastoril, y fue aprovechado para carne por algunos guanches, seguramente en épocas de escasez y de manera esporádica. Además, en Gran Canaria tenemos a los Tibisenas, perros espectrales o demoníacos, que atemorizaban a los antiguos canarios. Junto a la colosal cabeza zoomorfa, que curiosamente mira en dirección del segundo santuario montañoso, cuyos elementos más importantes detallamos a continuación, hay una gran roca solitaria casi en equilibrio, prácticamente un “cubo megalítico” de 1,5 m. de lado, y que también presenta una cazoleta y canalillo, horadadas en lo alto. Ambos elementos pudieran haber sido trabajos in situ y están recubiertos por grandes líquenes que envuelven todo el conjunto. Junto a ellos hay un corredor paralelo tallado en la roca, de unos 2 m. de ancho, y varios escalones bien rematados, cortando a escuadra la pared de roca que compone esta primera formación. Cabe mencionar que justo antes de llegar a este interesantísimo conjunto encontramos dos cazoletas de grandes dimensiones, así como una especie de butacón de piedra con “asiento y espaldar” tallados magistralmente. En lo alto del risco del perro, desde donde observamos el Teide con total claridad, encontramos más elementos asociados a los guanches. Allí destacan los canalillos cortados en la piedra, aproximadamente seis de más de un metro de largo, usados para el vertido de líquidos, asociados a rudimentarias cazoletas, más de cuatro de diferentes profundidades y tamaños. Este conjunto representaría una especie de altar al aire libre ubicados en roques altos, los almogarenes, lugares sagrados de reunión donde celebrar ceremonias relacionadas con la fertilidad, donde “se preñaría” la tierra con agua y leche. También encontramos allí una cruz cristiana latina grabada en la piedra, que mide 40 x 30 cm. y casi 1 cm. de profundidad, recubierta por una importante pátina liquénica. Estas cruces son halladas en zonas importantes para los Guanches, lugares de poder, culto o reunión, como la también presente en Teno Alto, Buenavista del Norte, relativamente cercana a la zona estudiada. La idea era borrar la identidad y creencias ancestrales e implantar la nueva fe cristiana. Se encuentran generalmente en áreas escarpadas, hacia donde se dirigían los guanches alzados, aquellos que no acataban el mandato castellano. Las montañas y macizos del Menceyato de Daute e Icod sirvieron de refugio a muchos de estos guanches rebeldes hasta el año 1517 (la conquista de Tenerife termina oficialmente en la primavera de 1496). Otro elemento importante localizado en la cima es una gran muesca labrada en una cresta rocosa que puede representar un símbolo fálico. Este gran corte en la piedra, de forma alargada y vertical, de casi 2 m. de alto, a modo de órgano sexual masculino, está rematado, alrededor del mismo, por varias cazoletas verticales horadadas en la roca, que pueden representar la vulva, conjunto de órganos sexuales femeninos.
Ventanas geométricas y solares: magia ancestral observando a Magec
El segundo santuario ha sido denominado “Ventana Solar”. Inicialmente lo que llama mucho la atención es un gran monolito casi circular, con aspecto de “dolmen”, ubicado al pie del risco. Este monolito tiene dos partes: Una superior a modo de tapa y otra inferior, la base. En conjunto forman una estructura grande, tabular, de unos 2,5 m. de largo x 1 m. de alto, completamente tapizada por líquenes. Este quizás sea uno de los elementos más atractivo del lugar ya que hasta el momento solo se han encontrado algunos pocos dólmenes en Canarias, diseminados profusamente por el Norte de África, Mediterráneo y Norte de Europa, intrínsecamente relacionados con la antigua Cultura Megalítica (aproximadamente del 5.400 al 1.400 a. C., finales del Neolítico a la Edad de Bronce). Desde el dolmen el conjunto Ventana Solar empieza a escarparse de manera vertiginosa. La pared rocosa asciende casi en vertical, donde destacan dos cuevas orientadas al Norte. Por encima de la segunda oquedad, que curiosamente presenta una estrecha ventana de acceso cenital, con una especie de puente superior, llegamos al elemento clave del conjunto: La Ventana Solar. Esta curiosa y caprichosa formación rocosa tiene una forma muy peculiar: Primero, un canal vertical que asciende casi a 45º, tapizado profundamente por líquenes. Segundo, este canal empata con otro horizontal, creando una especie de “7” invertido. Ambos son de sección rectangular, orientado al noreste, en dirección a la Punta del Hidalgo. Debido a esta orientación se comprueba in situ, en la madrugada del 21 de junio de 2018, que este conducto, o ventana solar, tiene por objeto captar el disco solar al salir del mar el día del solsticio de verano. De esta manera el sol aparece en el centro de la sección rectangular del conducto conduciendo los primeros rayos solares hacia el vértice del triángulo. Estamos pues ante una especie de observatorio / ventana solar cuya finalidad sería registrar, de manera precisa, la salida de astro rey, Magec para los guanches, en dicha fecha tan señalada. Ahora cabe resaltar que, en el 21 de junio, solsticio de verano, comenzaba el año guanche, se soltaban los machos para que preñasen a las cabras y culminaban las cosechas (recolección y trilla). En el Beñesmen, día central del verano (7 de agosto) ya las cabras estaban preñadas, por lo que era una fiesta ritual de la abundancia, donde comenzaba el ciclo de la vida. El solsticio de invierno, 21 de diciembre, marcaba el día central del año Guanche, coincidiendo con el nacimiento de los baifos y la formación de los nuevos rebaños, elemento clave en la economía, y, por ende, en la supervivencia del pueblo guanche. Ascendiendo ya por la escarpada pared que conforma esta segunda estructura, y dejando atrás la ventana solar anteriormente descrita, rápidamente llegamos a otro elemento sorpresa de la zona: tres grandes ventas trabajadas en la roca, no geológicas, que presentan formas geométricas muy perfectas. Allí se encuentra un triángulo, un cuadrado y un rectángulo. Nuevamente sorprende su gran tamaño, de más de 1 x 1 m. además de ser muy hondas, de casi 1 m. de profundidad. La perfección de los cortes, así como la alineación entre ambas, verticalmente en el mismo plano, descarta cualquier tipo de proceso geológico asociadas a las mismas, estando también profusamente tapizadas por líquenes. En el mundo de los antiguos pobladores de Canarias el triángulo invertido es un potente símbolo, asociado al pubis femenino, y como no, a todo lo relacionado con la fertilidad humana. Además, en posición normal representa los rayos solares y es un motivo recurrente en muchas pintaderas y petroglifos (grabados en piedra). Para algunos investigadores el triángulo podría simbolizar una especie de llama purificadora de rituales asociados a un culto al fuego y al padre sol. Las pintaderas, o “sellos aborígenes”, confeccionados preferentemente en arcilla, y cuya función era decorativa, identificativa, o empleados a modo de rúbrica, podían ser también cuadrados o rectangulares. Además, pueden ser signos con una marcada funcionalidad mágica, de protección del difunto frente ante su nueva vida en el mundo de los muertos, como los grabados geométricos hallados en capas de pieles que cubren algunas momias. Asimismo, para Gregorio Chil y Naranjo, fundador de El Museo Canario, las pintaderas triangulares “… indican que ellos [los canarios] tenían ideas filosóficas de enlace entre el cielo, la tierra y el mar, y así supongo, pues no pasa de una hipótesis, lo representaban ellos por un triángulo embutido en otro, adornado de líneas rectas, piqueteadas y terminado en pirámide que se halla perforada para llevarlo al cuello”. Y para el investigador José Espinel Cejas, experto en juegos de inteligencia guanche, y según el artículo “El lenguaje oculto de las pintaderas canarias”, del también investigador canario Fernando Hernández, especialista en tradición oral: “En mi opinión sus motivos decorativos son registros aritméticos y geométricos que representan cifras, cálculos astronómicos e, incluso operaciones complejas y señas y formulaciones para recordar… El problema es que las pintaderas no se han abordado en profundidad, contando sus elementos, comparándolos entre sí e intentando desentrañar sus coincidencias, sus motivos, sus conjuntos, ritmos, frecuencias, cifras, progresiones, etc… Y es más que probable que estas respondan a necesidades de supervivencia como son la de gestionar la economía agropecuaria a partir del control del tiempo (calendario) para poder planificar la producción de manera inteligente, eficaz y sostenible, tal y como ocurre en los registros aritmogeométricos de algunos vasos cerámicos y en los dameros de juego que encontramos en Canarias”. Por lo tanto, ¿representan estas precisas ventanas de piedra una versión gigante de estos antiguos diseños geométricos? ¿Están identificando una zona de culto y de observación solar en los altos de Tenerife? Para terminar, y ya en la cima de la estructura, hallamos nuevos elementos, otra vez sobredimensionados. Destaca poderosamente de manera inmediata una gran cazoleta central, casi una poceta de enorme tamaño y profundidad, unido a un formidable canal, casi un tobogán, ambos elementos +1,5 m. de largo y +50 cm. de ancho, bien trabajados en lo alto del pétreo conjunto. Las aguas, o cualquier líquido vertido allí arriba, correrá inexorablemente hacia abajo, cayendo prácticamente de manera precisa sobre la ventana triangular ubicada justo debajo. ¿Sería el efecto buscado rociar con líquido la estructura triangular? Dicho efecto podría estar asociado a un importante ritual relacionado con la fertilidad de la tierra. Es obvio que resultaría espectacular observar, bajo un copioso aguacero en un día lluvioso, el agua penetrando en cascada la cavidad triangular inferior. ¿Estamos además ante un potente lugar donde se realizasen rituales conectados con la fecundidad o con ritos propiciatorios de lluvia, para que no faltara durante todo el año? Todas las evidencias recopiladas hasta el momento, así como el análisis de los lugares y los elementos descritos, así parecen indicarlo.
Bibliografía consultada:
Diego Cuscoy, L. (2015). Los Guanches. Vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife. Instituto Estudios Canarios, Reedición revisada y anotada, 395 p.
Espinel Cejas, J. M., Talavera Casañas, F. (2009). Juegos guanches inéditos. Inscripciones geométricas en Canarias, CCPC, 3ª edición
Hernández, F. El lenguaje oculto de las pintaderas canarias, Crónicas de San Borondón.
Galván Santos, B., et al. (1999). Orígenes de Buenavista del Norte. De los primeros pobladores a los inicios de la colonización europea. Ayuntamiento de Buenavista del Norte, Buenavista del Norte (Tenerife) 278 p.
Jorge, S., Becerra, D. (2004). Magia y simbolismo en la cultura material bereber del mundo antiguo. Del Magreb a Canarias. Bolskan, 21, pp. 129-135